*Reflexiones del corazon*

lunes, 20 de noviembre de 2017

'OJO'LA SEGURIDAD DE LA SALVACIÓN

26 RAZONES POR LAS QUE NO SE PUEDE PERDER LA SALVACIÓN





  1. Porque el cristiano está sellado con el Espíritu Santo para el día de la redención - Efesios 1:13-14.
  2. Porque nadie lo puede arrebatar de la mano de Cristo - Juan 10:28.
  3. Porque nadie lo puede arrebatar de la mano del Padre - Juan 10:29.
  4. Porque la vida obtenida en el nuevo nacimiento es de Dios, y por tanto, ya no puede morir - Juan 3:3,5; Romanos 6:9-11.
  5. La salvación se obtiene por fe, no por obras, y se conserva de la misma manera, por la fe - Efesios 2:8-9; Colosenses 2:6.
  6. La salvación es un regalo de Dios, y nadie que da un regalo lo vuelve a quitar; y por supuesto, Dios menos - Romanos 6:23.
  7. Cristo nunca rechazará a los que ha recibido - Juan 6:37.
  8. Porque se invalidaría el bautismo, ya que el bautismo es para creyentes - Mateo 28:19.
  9. Si el cristiano pudiera perder su salvación, entonces debería poder ser salvo otra vez; lo cual es imposible, porque sería como volver a crucificar a Cristo - Hebreos 6:6.
  10. Cristo murió por todos los pecados, no solamente por aquellos cometidos hasta antes de ser salvo - Colosenses 2:13-14.

">Nada nos puede separar del amor de Dios - Romanos 8:35-39.
  • Cuando se acepta a Cristo, la Trinidad viene a hacer morada en el creyente para siempre; no entran y salen del creyente por su comportamiento - Juan 14:17-18,23.
  • El creyente verdadero tiene (no tendrá) vida eterna; no vida nada más mientras sea "fiel" - Juan 5:24.
  • Ya que todos los pecados son iguales para Dios, y no existen los pecados "grandes" y "pequeños"; si se perdiera la salvación por el pecado, ésta se perdería a cada momento por causa de cada mentira, o mal pensamiento, etc. - Romanos 3:23 "La paga del pecado [todo pecado] es muerte. . ."
  • Si la salvación se pierde por "volver al pecado", se crea incertidumbre porque ¿en qué momento se consideraría que una persona ha perdido su salvación? ¿con cuántos pecados? y si "regresa", ¿tiene que volver a "aceptar" a Cristo, o basta con simplemente pedir perdón?
  • La salvación no se pierde porque Cristo prometió un lugar junto a Él en el cielo, y cada lugar está preparado para un cristiano específico, y no solamente para "cualquiera" que se mantenga "fiel". - Juan 14:3.
  • Los nombres de los salvos están escritos en el libro de la vida desde antes de la fundación del mundo, y Dios no los está quitando y poniendo según su comportamiento - Apocalipsis 3:5, 17:8.
  • La sangre de Cristo limpia de TODO pecado (los pecados de toda la vida) - 1 Juan 1:9.
  • Cuando Cristo murió, murió por todos los pecados, aun aquellos que el cristiano cometería en su vida de cristiano - 1 Pedro 2:24.
  • El cristiano se convierte en hijo de Dios al aceptar a Cristo; un hijo de Dios no puede perderse - Juan 1:12.
  • El pecado interrumpe la comunión con el Padre, pero no la relación; así como la desobediencia de un hijo aquí en la tierra no termina su relación con su padre - Salmo 51:12 (note que David pidió de nuevo el gozo de su salvación, no su salvación).
  • El castigo de Dios a sus hijos por el pecado, no es quitándoles la salvación, sino disciplina paternal - Hebreos 12:5-7.
  • Al aceptar a Cristo somos hijos de Dios y coherederos con Cristo. Cristo es nuestro hermano mayor. Ni tal participación en la herencia, ni la relación con el Hermano mayor se interrumpen jamás; por ningún motivo - Romanos 8:17.
  • Porque invalidaría la obra intercesora de Cristo. Si el cristiano se puede perder, entonces Cristo no es un buen abogado - 1 Juan 2:1.
  • Porque habría que aceptar que hay dos maneras de ser salvos: una, por fe en la sangre de Cristo (hasta el momento de ser salvo), y otra por las buenas obras (a partir de ser salvo) - Efesios 2:8-9.
  • Porque entonces Dios no sería omnipotente, pues no sería poderoso para guardarnos sin caída – 2 Timoteo 1:12; Judas 24.
  • sábado, 12 de agosto de 2017

    CREO QUE LA ORACION NO ES TODO

    `EL AMOR ES ACCIÓN SI!  `QUE CREES TU???

    😚
    Creo que la oración no es todo,
    Pero que todo tiene que empezar por la oración:
    Porque la inteligencia humana es demasiado débil.
    Por qué el hombre que actúa sin Dios
    Nunca da lo mejor de sí mismo.
    Creo que Jesucristo, dándonos el "Padre nuestro"
    Nos ha querido enseñar que la oración es amor.

    Creo que la oración no necesita palabras,
    Porque el amor no necesita palabras.

    Creo que se puede rezar
    Haciendo, sufriendo, trabajando,
    Pero el silencio es oración sólo si se ama,
    El sufrimiento es oración sólo si se ama,
    El trabajo es rezar sólo si se ama.

    `Creo que nunca sabremos con exactitud.
    Si la nuestra es oración o no lo es.
    Pero hay una prueba infalible de la oración:
    Si crecemos en el amor,
    Si crecemos en el desprendimiento del mal,
    Si crecemos en la fidelidad a la voluntad de Dios.

    Creo que aprende a orar ...~
    Sólo quien aprende a callar ante Dios.

    Creo que aprende a orar solo
    Quien aprende a resistir el silencio de Dios.

    Creo que todos los días tenemos que
    Pedir al señor el don de la oración,
    Porque quien aprende a orar aprende a vivir.

    martes, 8 de agosto de 2017

    OJO! EL ARREPENTIMIENTO

    APRENDE
      OJO! EL ARREPENTIMIENTO

    `Si hay un elemento del mensaje del evangelio que es minimizado hoy en día es la doctrina del arrepentimiento. Algunos lo han eliminado totalmente; otros han distorsionado y suavizado su significado. Algunos lo han hecho sobre fundamentos teológicos, otros por razones más pragmáticas. En el nivel pragmático tenemos que admitir que el arrepentimiento no se desarrolla muy bien en una sociedad narcisista y orientada al yo. Muchos están muy contentos en recibir a Cristo obteniendo vida eterna sin ninguna interferencia fundamental en sus estilos de vida pecaminosos. Si el arrepentimiento es echado a la mezcla, todo cambia. Si el mensaje del evangelio es que Jesucristo murió por nuestros pecados, nuestra respuesta al evangelio es creer y poner nuestra fe en El para perdón de pecados. Pero, ¿es posible confiar en nuestro Señor para perdón y la justicia correspondiente de Dios (2 Cor. 5:21) y al mismo tiempo continuar aferrándonos a nuestros pecados e ídolos? En otras palabras, ¿podemos volvernos a Cristo para perdón y no tener ninguna intención de volvernos del pecado? Pablo no lo creía (Hechos 26:18-20). La palabra bíblica para volvernos del pecado es “arrepentimiento”, la cual, como intentaré demostrar, es esencial para la experiencia de la salvación. El arrepentimiento no es un paso adicional de fe, representa los dos lados de la misma moneda.

    El entendimiento de que la salvación es el resultado de la sola gracia de Dios, recibida a través de solo la fe en Cristo solamente, fue la piedra angular de la reforma y es universalmente reconocida por todos los verdaderos cristianos fundamentales/evangélicos. Sin embargo, todos los aspectos de esta triple declaración de las solas están bajo ataque hoy dentro de los círculos evangélicos. Por ejemplo, el evangelio son las buenas noticias que Dios ha provisto el regalo del perdón, la redención y la reconciliación, solo por gracia. Pero, mientras que todas las ramas cristianas defienden la idea de la gracia, se está haciendo cada vez más popular el entendimiento de que la gracia puede ser administrada a través de ciertos sacramentos u obtenida como resultado de ciertos esfuerzos de nuestra parte. Por consecuencia, algunos negarían que la salvación está basada en Cristo y su sangre derramada, pero algunos afirman que aun aquellos que nunca han escuchado acerca de Cristo o de la cruz pueden encontrar la redención.   ~Afortunadamente, aun cuando estas herejías están ganando popularidad aún se mantienen al margen de la iglesia conservadora. Aún no han penetrado profundamente al corazón del cristianismo que cree en la Biblia.




     


    Charles Spurgeon (Bautista Reformado)

    “Cristo Jesús ni vino con el fin de que usted pudiera continuar en el pecado y escapar de su penalidad; el no vino tampoco para prevenir la enfermedad mortal, sino para alejar lejos esa enfermedad… Cristo ni vino para salvarnos en nuestros pecados, sino para salvarnos de nuestros pecados”

    William Booth (Metodista)

    “El principal peligro del siglo veinte será: la religión sin el Espíritu Santo, el cristianismo son Cristo, el perdón sin arrepentimiento, la salvación sin la regeneración, y el cielo sin el infierno”.

    A.W. Tozer (Evangélico – Alianza Cristiana Misionera)

    “Los cuasi-cristianos siguen un cuasi-Cristo. Ellos quieren Su ayuda pero no Su intervención. Lo halagarán pero nunca lo obedecerán.”

    “Es totalmente dudoso que un hombre pueda ser salvo quien venga a Cristo pidiendo Su ayuda, pero sin la intención de obedecerle en absoluto”.

    Benjamín Warfield (Anglicano)

    “No podemos decir que creemos en aquello que desconfiamos demasiado para comprometernos a ello”

    J.I. Packer (Anglicano)

    “El arrepentimiento que Cristo demanda a Su pueblo consiste en una negación firme de poner límites a los reclamos que Él pueda hacer sobre sus vidas… Él no tiene ningún interés en reunir una vasta muchedumbre de profesantes quienes se dispersen tan pronto como se enteren lo que realmente demanda seguirle.”

    Más recientemente, sin embargo, algunos se han levantado un desafío de este entendimiento de nuestra gran salvación. El Catecismo Menor de Westminster de 1647 (el cual representa el entendimiento teológico de los cristianos conservadores de esa época y aún permanece representativo de muchos el día de hoy) declara: “El arrepentimiento para vida es una gracia evangélica… Y al comprender la misericordia de Dios en Cristo, para aquellos que se arrepienten, el pecador se aflige y aborrece sus pecados, de manera que se aparta de todo ellos y se vuelve hacia Dios.” Y, “EL arrepentimiento para vida principalmente consiste en dos cosas: volverse del pecado y abandonarlos”.

    Algunos, como Charles Ryrie, por el otro lado, han declarado que el arrepentimiento no es nada más que un cambio de mente acerca de Cristo y no tiene nada que ver con el cambiar nuestras mentes acerca del pecado. Otros, como Zane Hodges, van más allá y dicen que la predicación del arrepentimiento a un crédulo es agregar obras al evangelio. Mientras que ambos hombres estarían de acuerdo en que la salvación es salvación no solo para justicia y vida eterna sino también salvación (liberación, rescate) del pecado, no creen que cuando un incrédulo se vuelve a Dios este debe también por lo tanto y de acuerdo a estos hombres, pueda volverse a Cristo, confiar en El para salvación, y pedir perdón y aun no tener una intención ni desear absolutamente volverse del pecado. Ya aun ser salvos del pecado y declarados justos.
    Algo seriamente está mal aquí. ¿Es parte del mensaje del evangelio el volverse del pecado así como el volvernos a Dios o no lo es? Como hemos visto, hombres piadosos están formados en ambos lados del tema. Pero las declaraciones de hombres, mientras que sirven como un punto de referencia, no son la fuente final de la verdad. Por esto debemos volvernos a las Escrituras.

    La Conversión

    Hay tres palabras griegas, epistrepho, metamelomai y metanoeo, encontradas en el Nuevo Testamento que tratan con el concepto de volverse del pecado y volverse a Dios. La primera de estas palabras es episthrepho a menudo traducida “dar la vuelta, regresar o ser convertido”. Alrededor de la mitad de sus usos involucran un cambio físico o secular. Por ejemplo, el demonio exorcizado de un hombre dice: Volveré (epistrepho) a mi casa de donde salí (Mat. 12:44). El resto de los usos deepistrepho tienen una implicación teológica o espiritual –es este el que queremos examinar.

    “El significado básico de epistrepho es volverse en el sentido físico, mental o espiritual del término; y esto por lo tanto cuando la palabra se mueve en el mundo del pensamiento y de la religión, significa un cambio de perspectiva y una nueva dirección dada a la vida o a la acción”. Un cambio de cualquier clase involucra dos cosas: volverse de algo y volverse hacia algo. En la esfera de la conversión espiritual (epistrepho) significa, por una parte, un cambio hacia Dios. “Y le vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarón, los cuales se convirtieron (epistrepho) al Señor.” (Hechos 9:35). Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se convirtió (epistrepho) al Señor.” (Hechos 11:21). “Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que se convierten (epistrepho) a Dios” (Hechos 15:19). “Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto (epistrepho) al Pastor y Obispo de vuestras almas.” (1 Ped. 2:25). Aun en el evangelio de Juan, donde a menudo encontramos el concepto del arrepentimiento, si no la palabra, nos topamos con epistrepho. “Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; Para que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, Y se conviertan (epistrepho), y yo los sane.” (Juan 12:40). A mi entender, pocos tendrían problema con la idea de que la fe salvadora involucra un cambio hacia Dios.

    Por el otro lado, una persona no puede volverse a alguien o a algo sin antes volverse de algo. Es en este punto que mucho de la controversia irrumpe. Cuando una persona se convierte a Dios por la gracia salvadora ¿de se convierte ella? Un examen de los textos clave claramente revela que cuando uno se convierte a Dios, simultáneamente se convierte del pecado. Miremos las Escrituras: En 1 Tesalonicenses 1:9 Pablo escribe: “porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis (epistrephode los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero”. Al convertirse a Dios, los tesalonicenses se convirtieron de sus ídolos. ¿Puede uno convertirse a Dios y aun continuar y aun aferrase a sus ídolos? Pablo no lo creía. Convertirse a Dios de los ídolos es un paquete –ligado inseparablemente.

    Cuando Pablo predicaba el evangelio en Iconio él fue claro: “Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis (epistrepho) al Dios vivo” (Hechos 14:15). Es obvio que Pablo no preveía a alguien convirtiéndose a Dios sin antes convertirse de “estas vanidades”. Y recuerde, esto fue en el contexto de la predicación del evangelio, no dando instrucciones sobre la santificación.

    En la conversión de Pablo él fue comisionado a los gentiles con el propósito de “para que abras sus ojos, para que se conviertan (epistrepho) de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.” (Hechos 26:18). El evangelio predicado, a través del poder del Espíritu Santo, preparará a las personas a ver la verdad con el fin de que puedan convertirse de algo hacia algo. Se convertirán de la oscuridad (pecado, maldad) a la luz (justicia), del dominio o señorío de Satanás al dominio o señorío de Dios. Y justo cuando no malentendamos la comisión de Pablo, note como él lo aplica a su propio ministerio: él fue a los gentiles predicando: “anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen (metanoeo- vea el significado de esta palabra) y se convirtiesen (epistrepho) a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento (metanoeo)” (Hechos 26:20). Pablo no vaciló en llamar al arrepentimiento y a la conversión. El no veía incongruencia entre la fe y el arrepentimiento del pecado. No había pasos separados, sino que eran parte y conjunto de una misma cosa: el evangelio.

    El Diccionario de Teología del Nuevo Testamento (una fuente y estándar valioso para el estudio de palabras) dice esto: “Cuando un hombre es llamado en el Nuevo Testamento para conversión, significa fundamentalmente una nueva conversión de la voluntad humana hacia Dios, un retorno a casa de la ceguera y error hacia el Salvador de todos (Hechos 26:18; 12 Ped. 2:25)… La conversión involucra un cambio de señores. Uno quien hasta entonces había estado bajo el señorío de Satanás (Efesios 2:1-2) viene hacia el señorío de Dios, se lleva a cabo una rendición de vida a Dios en fe incluyendo toda su ser (Hechos 26:20).”

    Un Lamento

    La siguiente palabra griega que debemos considerar es metamelomaiuna palabra que es a menudo confundida con el verdadero arrepentimiento. No lleva la idea de un cambio de mente o de arrepentimiento, sino más bien un nivel de sentir que de un nivel cognitivo. La idea básica demetamelomai parece ser un lamento, un lamento que puede o no puede llevar a alguien a convertirse a Dios. Por ejemplo, Judas “sintió remordimiento” (metamelomai) de su traiciona Jesús pero el no se arrepintió (Mat. 27:3). Es importante señalar que muchos usan el relato de Judas para probar que el arrepentimiento no es parte de la fe salvadora. Ellos dicen: “Miren a Judas, él se “arrepintió”, pero obviamente no se hizo cristiano”. Sin embargo, la palabra no es metanoeo (arrepentimiento) sinometamelomai (lamento). Judas estaba triste por sus acciones –por cosas que no resultaron como las había esperado. Pero él no estaba arrepentido –él no se volvió de sus pecados hacia Dios para perdón. Ni tampoco se convirtió (epistrepho) en el sentido de convertirse a Dios. El simplemente sintió remordimiento.

    En 2 Corintios 7:8, 9 la distinción es clara. Pablo escribe: “Porque aunque os contristé con la carta, no me pesa (metamelomai), aunque entonces lo lamenté (metamelomai); porque veo que aquella carta, aunque por algún tiempo, os contristó. Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento (metanoia)”.

    El verdadero arrepentimiento puede incluir aspectos de lamento y remordimiento y lo más probable que así será, pero estrictamente hablando, el arrepentimiento es un cambio de mente acerca de algo.

    Arrepentimiento

    El verbo más importante en nuestro estudio es la palabra griega metanoeo. Esta es la palabra más a menudo traducida como “arrepentimiento” en el Nuevo Testamento. El uso secular significa el cambio de mente acerca de algo –que es algo que depende del contexto. En el uso del Nuevo Testamento, como lo veremos, metanoeo siempre tiene una referencia al cambio de mente acerca del pecado en tal manera que el individuo realmente se vuelve del pecado.

    El Arrepentimiento en el Antiguo Testamento

    Un número de palabras en los registros del Antiguo Testamento son traducidos o llevan el significado de “arrepentirse” o “arrepentimiento”. Walter Kaiser escribe que “el uso antiguo profético del término “arrepentimiento” “volverse” al Señor, aparece en 1 Samuel 7:3:

    “Habló Samuel a toda la casa de Israel, diciendo: Si de todo vuestro corazón os volvéis a Jehová, quitad los dioses ajenos y a Astarot de entre vosotros, y preparad vuestro corazón a Jehová, y sólo a él servid, y os librará de la mano de los filisteos.”

    Note que Samuel llama al pueblo no solo a volverse a Dios sino también a volverse de sus ídolos. Este es el entendimiento típico del Antiguo Testamento del concepto del arrepentimiento y el mensaje constante de los profetas. “Jehová amonestó entonces a Israel y a Judá por medio de todos los profetas y de todos los videntes, diciendo: Volveos de vuestros malos caminos, y guardad mis mandamientos” (2 Reyes 17:13). Al arrepentimiento del Antiguo Testamento incluye un volverse del pecado y volverse a Dios. Este tema es llevado al Nuevo Testamento y es también un mensaje constante y consistente.

    El Arrepentimiento en el Nuevo Testamento

    Antes de que exploremos el significado y uso del arrepentimiento en el Nuevo Testamento debemos primero examinar el pasaje favorito de aquellos que niegan que el arrepentimiento tenga lugar en el momento de la salvación. En Hechos 16 tenemos el relato del carcelero de Filipos quien, debido a una poderosa manifestación de Dios, pide a Pablo y a Silas: “Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.” (vv. 30, 31). Puesto que Pablo dice “cree” y no menciona el arrepentimiento o el convertirse del pecado a Dios, la conclusión es que el arrepentimiento es un acto innecesario, de hecho es una agregar obras para la salvación. Si el arrepentimiento fuera necesario Pablo lo hubiera mencionado. ¡Caso cerrado!

    Peor no tan rápido. De acuerdo, la salvación es través de la fe solamente en Cristo solamente, pero hay un ciertos de asuntos que tenemos que investigar aquí. Esta simple respuesta de Pablo: “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo” hacen surgir una serie de preguntas: “¿Qué quiere decir con creer? ¿Quién es el Señor Jesucristo? ¿Qué quiere decir son ser salvo? El carcelero quería ser salvo, pero, ¿salvo de qué?

    La salvación significa “rescate” o “liberación”. Podemos asumir que el carcelero quiso ser salvo de su pecado y de sus consecuencias. Implícitamente, si no que explícitamente, esto es arrepentimiento. Pero más relacionado a esta discusión es que información adicional con respecto al evangelio ha sido proporcionada. Es cierto que Pablo no menciona el arrepentimiento, pero también es cierto que el no menciona la gracia, la cruz, la resurrección, la muerte substitutoria de Cristo, y muchos otros aspectos del mensaje del evangelio. ¿Significa esto que estos temas no están relacionados y son innecesarios? Prácticamente hablando puedo ir con un incrédulo y decirle “cree en el Señor Jesucristo” y él puede afirmar fe en Cristo. Pero sin más información él nunca podría conocer quien es Cristo o que es lo que ha hecho. Él podría “creer” pero no ser salvo.

    Seguramente en nuestros esfuerzos evangelísticos bien podemos no pedirle a alguien que crea en Cristo sin antes primero explicarle todo el evangelio –y tampoco lo hizo Pablo. En el siguiente versículo se nos dice: “Y le hablaron la palabra del Señor a él” (v. 32). No sabemos el contenido de esta instrucción, pero podemos confiar que antes que el carcelero verdaderamente colocara su fe en Cristo el conoció el evangelio desde el principio hasta el fin. El punto es que es muy difícil e incorrecto, basar una doctrina en un pasaje sencillo, tal como este lo es, en el cual no conozcamos exactamente qué fue lo que se dijo.

    Por el otro lado, mientras que no sabemos los detalles de lo que se le dio al carcelero, no sabemos el contenido de algunos sermones apostólicos. En Pentecostés, en el primero sermón de Pedro concluye con esta invitación: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38). Pedro no perdió el tiempo, en su siguiente oportunidad el demandó: “arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados” (Hechos 3:19). Ni es solo una doctrina de los labios de Pedro. Pablo proclamó en el Areópago: “Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan” (Hechos 17:30). Después cuando Pablo estaba defendiendo su comisión apostólica al Rey Agripa él explica que el Señor lo envió “para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí (Cristo), perdón de pecados y herencia entre los santificados.” (Hechos 26:18). El evangelio que Pablo predicó llamaba a los hombres a convertirse (epistrepho), por la fe, de las tinieblas a la luz y del dominio de Satanás al dominio de Dios. Ahora, antes de que comencemos a decir lo que esto significa, todo o que tenemos que hacer es ir a los versos 19 y 20 y ver lo que Pablo quiere decir. “…no fui rebelde a la visión celestial, sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen (metanoeo) y se convirtiesen (epistrepho) a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.” Sin preguntar Pablo veía su ministerio llamando a hombres y mujeres a arrepentirse y convertirse a Dios el cual resultaba en una vida transformada.

    Pero ¿qué significa arrepentimiento?

    Seguramente nadie puede estar en desacuerdo con las palabras claras de la Escritura. Así que ¿cuál es el problema? El debate recae ampliamente en el área de la definición. La palabra griega más importante (metanoeo) significa cambio de mente acerca de algo. Charles Ryrie y los demás como él enseñan que el arrepentimiento es un cambio de mente acerca de quién es Jesucristo. Al arrepentimiento, en su entendimiento, no tiene nada que ver con el pecado. Cambiar nuestras mentes acerca de Cristo es parte de la fe salvadora, pero cambiar nuestras mentes acerca del pecado y de su señorío sobre nuestras vidas son “obras”, como ellos dicen. ¿Es esto cierto? ¿El arrepentimiento no tiene ninguna referencia al pecado? Bueno, la única manera de saberlos es estudiando la Escritura misma.

    Examinando el uso del verbo “arrepentirse” (metanoeo) y el sustantivo “arrepentimiento” (metanoia) podemos determinar cómo es usada la palabra en el Nuevo Testamento. No todas las referencias que examinaremos están en el contexto de la salvación o del evangelio, porque no es nuestra intención en este punto unir el arrepentimiento y la fe salvadora (lo haremos después). En este punto simplemente queremos ver como los escritores del Nuevo Testamento usaron las palabras metanoeo/metanoia. Cuando los lectores originales del Nuevo Testamento encontraron la palabra “arrepentirse” ¿Qué creyeron que significaba?

    Metanoeo y Metanoia en los Evangelios

    Anteriormente señalé el concepto del Antiguo Testamento del arrepentimiento (y la conversión). Esta más allá de la duda que cuando los profetas del Antiguo Testamento llamaron al arrepentimiento, estaban llamando al pueblo a convertirse de sus pecados. La idea de “cambiar su mente” acerca de Cristo sería completamente extraña para los escritores del Antiguo Testamento. Esto debemos tenerlo en mente al irnos a los evangelios. Cuando Juan el bautista y Jesús vinieron predicando el arrepentimiento ¿Qué fue lo que su audiencia entendió acerca de su significado? Seguramente la primer cosa que cruzó por sus mentes fue arrepentirse del pecado y convertirse a Dios. A menos que Juan, Jesús o los escritores de los evangelios específicamente redefinieran el arrepentimiento en otros términos, podríamos esperar que el arrepentimiento llevara la misma connotación que había tenido por siglos. Pero no vemos tal cambio.

    En el Nuevo Testamento el significado de metanoeo/metanoia no es definido por el contexto en numerosos pasajes. En otras palabras, las palabras mismas son usadas pero su significado específico es discutible (Mat. 3:2; 3:8, 11; 4:17; Mar. 1:15; Luc. 3:8; 16:30). Como ejemplo, Juan el bautista llamó al pueblo a “arrepentíos por que el reino de los cielos se ha acercado” (Mat. 3:2). Jesús aún no había venido a escena cuando Juan pronunció estas palabras, entonces, podríamos esperar que el pueblo judío vieran de la misma manera lo que veían en mensajes similares de los profetas del Antiguo Testamento, i.e., volverse del pecado y volverse a Dios. Dando el beneficio de la duda, no podemos probar que esto fue lo que quiso decir Juan.

    Por el contrario, en muchos otros casos el contexto en el cual metanoeo/metanoia son usados, el sujeto es claramente el pecado y la necesidad de convertirse de ello (Mat. 9:13; 11:20; 12:41; Mar. 1:4; 2:17; Luc. 3:3; 5:32; 6:12; 10:13; 11:32; 13:3, 5; 15:7, 10; 17:3). Algunos pasajes representativos dicen: “Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento” (Lucas 15:7); “Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.” (Luc. 15:10); “Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale.” (Luc. 17:3, 4). En la Gran Comisión, Jesús informa a sus discípulos: “que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones” (Luc. 24:47). En cada uno de estos casos es irrefutable que el arrepentimiento/arrepentirse significa un cambio de mente o convertirse del pecado. Ni una sola vez es definido el arrepentimiento como un cambio de mente acerca de Jesús.

    Metanoeo y Metanoia en el Libro de los Hechos

    Al dejar la escena Jesús, encontramos a los apóstoles, en obediencia a la Gran Comisión, predicando arrepentimiento. De los once usos de mentanoeo/metanoia en el libro de los Hechos, dos (5:31; 8:22) están en el contexto del pecado en general. Hablando a Simón el mago, por ejemplo, quien decía ser un creyente pero había cometido un gran pecado, Pedro dice: “Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón” (hechos 8:22). Simón debía convertirse de su pecado si quería ser perdonado.

    En Hechos 11:18; 13:24; 19:4 el contexto no es suficientemente específico para determinar dogmáticamente que el arrepentimiento significa convertirse del pecado, sin embargo esto sería la conclusión más probable en cada caso.

    Las otras cinco referencias son todos en el contexto de la salvación. Hemos visto en algunas de ellas antes pero note cuidadosamente cada contexto. En Hechos 2:38 los judíos se les dice que se arrepientan para el perdón de pecados. En Hechos 3:19 se les dice que se arrepientan para que sus pecados sean borrados. Hechos 17:30 dice que Dios llama a hombres en todo lugar a arrepentirse. En Hechos 20:21 Pablo dice que el predicó tanto a judíos como a griegos la necesidad del “arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Señor Jesucristo”. En Hechos 26:20 está la declaración de la misión de Pablo la cual es llamar a hombres a arrepentirse y convertirse a Dios. En ninguno de estos ejemplos el arrepentimiento es redefinido como un cambio de mente acerca de quién es Jesús. En el menos tres de los casos metanoeo/metanoia están definitivamente en el contexto del pecado y el perdón de pecados. Nuestra conclusión a través del libro de los Hechos es que nada ha cambiado –el arrepentimiento aun significa lo que siempre ha significado: convertirse de pecado.

    Metanoeo y Metanoia en Apocalipsis

    Cada mención de metanoeo/metanoia en Apocalipsis está en el contexto inmediato del pecado (2:5, 16, 21, 22; 3:3, 19; 9:20, 21; 16:19,11). Apocalipsis 2:21 dice: “Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación.” Apocalipsis 9:21 dice así: “y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornicación, ni de sus hurtos.”. Esto es instructivo puesto que Apocalipsis es el último libro del Nuevo Testamento escrito y encontramos que el significado del arrepentimiento ha permanecido constante. En cada pasaje claramente definido en el Nuevo Testamento, el arrepentimiento tiene siempre el significado de convertirse del pecado. Metanoeo/metanoia no son siempre usados en referencia a la salvación sino siempre conlleva la connotación de convertirse del pecado.

    Metanoeo y Metanoia en las Epístolas

    En las epístolas metanoia es encontrada varias veces. Ocasionalmente, su significado es indeterminado (Rom. 2:4; 2 Tim. 2:25; Heb. 6:1, 6). En otros casos el pecado es indiscutiblemente el contexto (2 Cor. 7:9, 10; Heb. 12:17). El único uso de metanoeo en las epístolas es 2 Corintios 12:21; “que cuando vuelva, me humille Dios entre vosotros, y quizá tenga que llorar por muchos de los que antes han pecado, y no se han arrepentido de la inmundicia y fornicación y lascivia que han cometido”. Aquí, una vez más, el arrepentimiento es usado en el contexto del pecado. Ninguna vez encontramos lo contrario. Ninguna vez encontramos arrepentimiento haciendo alguna referencia a cambiar nuestras mentes acerca de quién es Cristo. El contexto, cuando puede ser determinado, siempre está en la esfera del pecado; en ningún pasaje esta la idea de convertirse del pecado extraña a su contexto.

    Con esto en mente 2 Pedro 3:9 debe ser considerado cuidadosamente: “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento (metanoea).” Si, cuando las Escrituras nos llaman al arrepentimiento, significa convertirse del pecado y volverse a Dios como hemos demostrado, entonces, decir a los pecadores que no deben volverse del pecado (solo deben cambiar su mente acerca de Cristo para ser salvos) es un evangelio falso. La salvación es a través de la fe solamente. La fe salvadora significa que nos hemos convertido de nuestros ídolos y del pecado en el cual hemos confiado siendo salvos habiendo sido esclavos por mucho tiempo y convertirnos a Cristo en fe, con el fin de recibir el perdón y la libertad de esos pecados (Rom. 6:12-14) y la justicia de Dios (2 Cor. 5:21). Ser salvos seguramente significa que somos salvos de algo para algo. Somos salvos del pecado para la justicia encontrada en Cristo.

    Sin embargo, los oponentes del arrepentimiento rápidamente notan que metanoeo/metanoia es rara vez usada en referencia a la salvación en las epístolas. Por tanto, ellos concluyen, que no es parte del evangelio. ¿Cómo refutamos esto? De varias maneras:

    1) El libro de los Hechos registra el mismo período de tiempo durante el cual muchas de las epístolas fueron escritas. Por ejemplo cuando Pablo hablo las palabras registradas en Hechos 26:20 diciendo que su ministerio había sido llamar a las personas a “arrepentirse y convertirse a Dios”, él ya había escrito 1 y 2 Tesalonicenses, 1 y 2 Corintios, Gálatas, y similarmente Romanos. Mientras que el menciona el arrepentimiento solo cuatro veces en estas cinco epístolas. Sin embargo él proclama en Hechos 26:18-20 que llamar a los hombres y mujeres al arrepentimiento siempre había sido su ministerio por todo el tiempo.

    2) El Nuevo Diccionario Internacional de Teología del Nuevo Testamento tiene un excelente comentario en este punto:

    El hecho de que este grupo de palabras no ocurre a menudo en los escritos Paulinos (solo 5 veces) y no todos en los Joanianos (aparte de Apocalipsis), no significa que la idea de la conversión no esté presente ahí sino que solamente que mientras tanto se ha desarrollado una terminología más especializada. Tanto Pablo como Juan están de acuerdo en la idea de la conversión mediante esa fe. Pablo habla de la fe como “siendo de Cristo”, como “la muerte y resurrección del hombre junto con Cristo”, como “la nueva creación”, como “vistiéndose del nuevo hombre”. La literatura joanina representa la nueva vida en Cristo como el “nuevo nacimiento”, como pasando de la muerte a la vida y de la oscuridad a la luz, o como la victoria de la verdad sobre la falsedad y el amor sobre el odio.

    3) Puesto que la Escritura nunca contradice la Escritura es un precedente peligroso marcar una parte de la Escritura en contra de otra. Debemos reconocer las distinciones de su contexto, pero rechazar una enseñanza cara de doctrina solo porque no es encontrado en ciertos pasajes favoritos es un serio error. Por ejemplo, nuestro Señor ni una sola vez utilizó la palabra “gracia” (y es solamente encontrada cuatro veces en los cuatro evangelios, y nunca es usada en la primera epístola de Juan) pero ¿quién lo descartaría de su lugar de prominencia en el mensaje del evangelio? Es posible aislar las Escrituras. Si, Es cierta que las epístolas fueron escritas principalmente para enseñar doctrina a la iglesia –pero esto no significa que la doctrina no pueda ser encontrada en otras partes de la Escritura. El arrepentimiento, definido como convertirse del pecado como parte de la fe salvadora, es claramente enseñado en muchos pasajes de las Escrituras. Quienes somos para redefinir esa palabra, o eliminarla totalmente, solo porque no es encontrada en pasajes en los cuales algunos dicen que debe estar (tales como el evangelio de Juan)

    Estudios de Palabras

    En realidad el peso de la prueba están en aquellos quienes deben luchar con los llamados claros al arrepentimiento encontrados en la Escritura (e.g. Hechos 2:38; 3:19; 26:18, 20). Hay solo en realidad tres opciones cuando es examinada la evidencia. Pedro y pablo sabía de qué estaban hablando y llamaban a las personas a la fe a convertirse de sus pecados y volverse a Dios. O, estos hombres y otros más estaban en un error en lo que enseñaban (una posición impensable). O, el arrepentimiento significa algo más, i.e. cambiar la mente acerca de quién es Jesús. ¿Cuál de estas es?

    Creemos que hemos mostrado una prueba conclusiva de que en cada caso, donde puede ser determinado su significado, metanoeo/metanoia en el Nuevo Testamento significa convertirse del pecado. Por el otro lado, no hay ni un solo uso claro de cualquier palabra para arrepentimiento que específicamente y exclusivamente cambie la mente acerca de Cristo. ¡Ni uno!

    Sigamos adelante y examinemos las definiciones dadas por los expertos sobre estudio de palabras:

    Estudio de Palabras de West: El Arrepentimiento en el Nuevo Testamento “incluye no solo el acto de cambiar la actitud hacia una opinión sobre el pecado sino también renunciar a él… El acto de arrepentimiento es basado primero que todo principalmente sobre una comprensión del carácter del pecado, la culpa del hombre con respecto a ellos, y el deber del hombre de apartarse de ellos”

    Vines: “En el NT el asunto tiene referencia principalmente al “arrepentimiento” del pecado, y este cambio de mente incluye tanto volverse del pecado como volverse a Dios.”

    El Nuevo Diccionario Internacional de Teología del Nuevo Testamento: “convertirse (en el OT) significa dar completamente una nueva dirección al hombre como un todo y volverse a Dios. Esto incluye apartarse de la maldad… (En el NT) el entendimiento intelectualmente predominante de metanoia como cambio de mente juega una pequeña parte en el NT. Más aún la decisión del hombre a darle la vuelta es enfatizada. Es claro que no estamos preocupados por un cambio externo simplemente ni con un simple cambio intelectual de ideas.”

    Kittel: el arrepentimiento es una “conversión radical, una transformación de naturaleza, un volverse definitivo de la maldad, un cambio decidido a Dios en obediencia total”.

    Conclusión

    Algunos han concluido que incluir el arrepentimiento como parte de la fe salvadora es “obras de justicia”. Esto es, es un acto en el que un hombre deben agregar a la fe con el fin de ser salvo. Hemos mostrado desde la Escritura que ese no es el caso. Además, de acuerdo a la Escritura, el arrepentimiento es un don de Dios (vea Hechos 11:18; 2 Tim. 2:25). As1= nadie puede confiar en Cristo para salvación a menos que Dios lo capacite para hacerlo, así, nadie se arrepiente si Dios no le concede el arrepentimiento. El arrepentimiento no es una obra más de lo que lo la fe es... El punto es, cuando una persona verdaderamente se convierte a Cristo él también se convierte del pecado. Esto es claro en la enseñanza de la Palabra de Dios.

    domingo, 6 de agosto de 2017

    `SI DEBEMOS ORAR POR LAS AUTORIDADES.

    `NUESTRO DEBER COMO CRISTIANO ES CLAMAR A DIOS.

    Orando por las autoridades
    ... Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad. Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad (1 Timoteo 2:1-4).

    Las oraciones por las personas en posiciones de autoridad son una gran prioridad en el corazón de Dios. Podríamos incluso decir que 1ª Timoteo 2:1-4 es una admonición apostólica para la oración. Así es, importan las oraciones que los cristianos oran por aquellos que tienen autoridad, son esenciales para el avance el Reino. No podemos permitirnos dejar que solamente sean otros los que lo hagan. Las oraciones por los líderes deben ser uno de los aspectos de nuestra vida de intercesores. Muchas otras Escrituras nos ayudan a entender cómo orar por personas en posiciones de autoridad. Veamos algunas de ellas:

    Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey. 1 Pedro 2:17

    Hijo mío, teme al Señor y honra al rey, y no te juntes con los rebeldes, porque de los dos recibirás un castigo repentino ¡y quién sabe qué calamidades puedan venir! Proverbios 24:21-22

    Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra; Mas cuando domina el impío, el pueblo gime. Proverbios 29:2

    `Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo. Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. Pues por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que honra, honra. Romanos 13:1-7

    ¿POR QUÉ DEBEMOS ORAR?
    ¿Por qué debemos orar por aquellos que están en autoridad? Yo veo dos razones para ello en 1ª Timoteo 2:1-4: (1) "para que tengamos paz y tranquilidad, y llevemos una vida piadosa y digna" y (2) para que Dios pueda traer a Sí Mismo a las personas en autoridad (así como a las personas bajo esta autoridad) ("Él quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad").

    Una vez oí al fallecido maestro internacional de la Palabra, Derek Prince, ampliar este concepto expresando que no importa qué planes, sistemas o programas concibamos. Si ignoramos la oración, no tendremos poder para llevarlos a cabo. Comparó las intenciones carentes de oración a un edificio con instalaciones eléctricas, pero si no está conectado a la fuente de energía, nada funcionará, por mucho que el alambrado esté en buenas condiciones y las lámparas sean bonitas.
    Nuestra fuente de poder es la oración, y la Biblia nos manda a orar por "reyes y todos los gobernantes" para que gobiernen bien y dirijan con sabiduría. ¿Por qué? Para que (1) tengamos paz y orden, (2) para propagar el Evangelio y (3) porque Dios desea que todos sean salvos.

    ¿POR QUIÉN DEBEMOS ORAR?
    No se limite en pensar solamente en gobernantes cuando habla de orar por las personas con autoridad. Por supuesto que desde una perspectiva del gobierno de los Estados Unidos, deberíamos orar por los dieciséis individuos que toman la mayoría de las decisiones gubernamentales fundamentales en este país: el Presidente, los nueve jueces del Tribunal Supremo, los dos senadores de su estado, el representante del congreso de su distrito, el gobernador de su estado, el senador de su estado, su representante del estado y para los demás que trabajan en todos los niveles de gobierno. Cada uno de nosotros tenemos la obligación de orar regularmente por estos hombres y mujeres, por nombre.

    Pero podemos aplicar estos mismos principios a nuestras oraciones por líderes espirituales a todo nivel: desde el pastor de la iglesia local y los obreros de la iglesia, a los líderes regionales y nacionales y por toda persona que supervise algún aspecto de la vida espiritual de la Iglesia. También podemos orar por los líderes empresariales, los "ancianos" quienes "se sientan en la entrada" de su ciudad, aquellas personas que impulsan el comercio donde usted reside.

    Así era en las antiguas ciudades del Medio Oriente. Las ciudades tenían más de una puerta de entrada, y éstas estaban conectadas por anchos muros (que podríamos comparar con los "muros de salvación"). Un mínimo de tres autoridades quedaban representadas o contenidas en las puertas de la ciudad: comercial, judicial y profética. En las puertas se llevaban a cabo las transacciones de intercambio de inmuebles, se traspasaban los títulos de propiedad y se recogían firmas. Ahí mismo se celebraban los juicios y audiencias judiciales, y ahí también se anunciaban los veredictos. Además, los sacerdotes en la puerta recibían en aquel lugar palabras proféticas, la palabra del Señor (ver Proverbios 1:21; Jeremías 17:19-20; 26:10, 13). Así que ahí en la puerta sea donde se podría encontrar la operación del comercio, del sistema judicial y la dinámica espiritual.

    Cuando oramos por "las autoridades" estamos seleccionando, por nombre, si fuera posible, a personas que dirigen ciertos sectores y tareas. Tengamos en cuenta que las esferas de autoridad son distintas las unas de las otras. Si usted ora por la integridad de unas elecciones, su oración se centrará tanto en los que trabajan con las urnas como en los candidatos. Pero estas oraciones tendrán poco que ver con la política de sus escuelas locales, que quedan determinadas por la dirección de cada escuela. Si desea orar por sus escuelas locales, ore por las autoridades que gobiernan sobre el sistema educativo.
    Manténgase dentro de los "campos" correctos y ore con el nivel de fe que Dios le haya concedido (ver Romanos  12:3) para poder obtener una mayor cosecha en la oración. Además, nuestra participación en el proceso electoral es ciertamente un importante elemento añadido a nuestras oraciones. El hecho de votar puede considerarse como nuestras "obras" que deben concordar con nuestra fe. El libro de Santiago nos dice que la fe sin obras está muerta.
    Así también la fe por sí misma, si no tiene obras, está muerta. Santiago 2:17
    La oración es vital, pero no podemos limitarnos solamente a orar.


    ¿QUÉ DEBEMOS ORAR?

     Aprendemos de muchas Escrituras que Dios exalta a los gobernantes y a las personas en autoridad si ejercitan su autoridad con justicia. Esto se expresa mejor en Proverbios: "La justicia engrandece a la nación; mas el pecado es afrenta de las naciones" (Proverbios 14:34), y "El rey que juzga con verdad a los pobres afianzará su trono para siempre" (Proverbios 29:14). Así que una de las primeras oraciones que debemos orar por las figuras de autoridad es que se conviertan en justos y expresen rectitud, sabiduría y justicia en todo lo que hagan. Oro por las personas con autoridad (por nombre) para que tengan el corazón de Dios.

    Muchas veces uso pasajes bíblicos como base de mis oraciones, como por ejemplo: "Señor, haz el corazón del Presidente como canales de agua en Tu mano. Dirígelo dónde Te plazca" (basado en Proverbios 21:1)".

    Señor, ayuda a ____ para que juzgue al pobre con verdad, integridad y compasión (basado sobre Proverbios 29:14, Salmo 25:21, y 2ª Corintios 1:3-4). "Padre, haz que sea posible que ____ se humille y se torne hacia Ti, haciéndose recto por el bien de [su ámbito de autoridad]" (según 2ª de Crónicas 7:14). Los siguientes puntos le proporcionarán un entendimiento básico para saber cómo orar.

    Proverbios 28:2 Cuando hay rebelión en el país, los caudillos se multiplican; cuando el gobernante es entendido, se mantiene el orden.

    Véase además Isaías 11:1-3. (Ore para que los líderes tengan conocimiento y entendimiento, lo cual supone más que mera información, ya que incluye un entendimiento de la historia, las funciones y las culturas, así como de la voluntad de Dios.)

    2ª Reyes 19:27-28 "... Porque has rugido contra mí y tu insolencia ha llegado a mis oídos, te pondré una argolla en la nariz y un freno en la boca, y por el mismo camino por donde viniste te haré regresar" (Ore para que Dios trate con los tiranos por el bien de Su pueblo, y que Él limite a líderes así con barreras y fronteras.)

    Miqueas 6:8 "¡Ya se te ha declarado lo que es bueno! Ya se te ha dicho lo que de ti espera el Señor: Practicar la justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios". (Ore para que los líderes gobiernen con honradez, humildad y misericordia.)

    ORACIONES EFICACES POR LAS PERSONAS CON AUTORIDAD
    Aunque cada uno de nosotros tengamos cometidos especiales de oración, todos hemos sido llamados a orar por las personas en autoridad (repasemos 1ª Timoteo 2:1-4). ¡Así es el corazón de Dios! ¡Es la Palabra de Dios! ¡Es la orden de Dios! Por lo tanto, ¿por qué no nos detenemos para captar el corazón de Dios orando por los líderes y los asuntos que les conciernen?

    Padre, según Tu Palabra tomamos una pausa y oramos por los reyes y personas en autoridad. Te presentamos al que es actualmente el Presidente de los Estados Unidos y oramos que levantes consejeros piadosos en su vida, y que las voces de los consejeros que estén basadas en cuadros que no son bíblicos queden en silencio. Te pedimos que le proporciones sabiduría como la de Salomón, así como pureza, protección y seguridad. Desencadenamos el conocimiento de la voluntad de Dios con todo entendimiento y sabiduría espiritual. También oramos por nuestros gobernadores y nuestros representantes en el congreso nacional y del estado.

    Oramos por las personas con autoridad en el sistema judicial, sobre todo los nueve jueces del Tribunal Supremo de los Estados Unidos. Les bendecimos en el nombre del Señor de los Ejércitos. Oramos que todos los que tienen autoridad descubran y reconozcan su incapacidad personal para desempeñar su función y que Tú les concedas una revelación de la dependencia de Dios. Oramos que Tú des vuelta atrás a las tendencias de socialismo y humanismo en esta nación, y todas las tendencias que deifican al hombre en lugar de Dios. Señor al entrar esta nación y otras naciones en tiempos difíciles, llamamos a aquellos que realmente han sido escogidos por Ti. Deja que ellos lleguen a la cima con gracia, subiendo como la nata. Desencadena gracia a mujeres y hombres justos y a los humildes, a los que son sabios y que tienen actividades revelatorias en sus vidas—colócalos en lugares de influencia, impacto y autoridad.

    Oramos para que se desencadenen las prioridades, y por la revelación del honor de ser funcionario público. Oramos por una dependencia de la Palabra de Dios, la voluntad de Dios y los caminos de Dios como fuente de fortaleza diaria y de sabiduría y valor. Oramos para que haya restauración de dignidad y honor, fidelidad y justicia en la tierra. Oramos por nuestros líderes espirituales. Por nuestros pastores, nuestros apóstoles, nuestros profetas, nuestros evangelistas y nuestros maestros. Oramos bendiciones y protección sobre ellos. Oramos por pureza, por la calidad de vida de sus familias. Bendecimos a las personas en autoridad este día y declaramos que es bueno y aceptable a la vista de Dios nuestro Salvador quien desea que todos los hombres y mujeres sean salvos y alcancen el conocimiento de la verdad.

    Te damos gracias en el maravilloso nombre de Yeshúa. Amén.

    martes, 18 de julio de 2017

    APRENDE! `SI DIOS ES UNO, COMO PUEDE SER TRES???


    Es precisamente a causa de esta clara enseñanza del monoteísmo que la doctrina de la Trinidad resulta tan problemática. Cuando llegamos al Nuevo Testamento, encontramos que la iglesia sostiene la noción del monoteísmo, pero también declara que Dios el Padre es divino, Dios el Hijo es divino, y Dios el Espíritu Santo es divino.

    Debemos entender que las distinciones en la Deidad no refieren a su esencia; no refieren a una fragmentación o segmentación del ser mismo de Dios.

    ¿De qué manera, entonces, podemos sostener la doctrina del monoteísmo del Antiguo Testamento a la luz de la clara afirmación del Nuevo Testamento sobre el carácter trino del Dios bíblico? Agustín escribió una vez, “El Nuevo [Testamento] está escondido en el Antiguo [Testamento]; el Antiguo está revelado en el Nuevo”.
    `Para comprender cómo es que la doctrina de la Trinidad llegó a ser un artículo de tal importancia para la fe Cristiana, es necesario observar que hubo un desarrollo en la comprensión de la iglesia de la naturaleza de Dios basada en la Escritura.

    Cuando observamos las Escrituras, vemos lo que en teología se denomina “revelación progresiva”.



    `Se trata de la idea de que, a medida que pasa el tiempo, Dios va desplegando algo más de su plan de redención. Él va descubriendo algo más de sí mismo por medio de la revelación. El hecho de que exista esta revelación progresiva no significa que lo que Dios revela en el Antiguo Testamento luego lo contradiga en el Nuevo Testamento.

    La revelación progresiva no es una enmienda, en la que un descubrimiento más reciente rectifique una revelación previa errónea. Más bien la nueva revelación se asienta sobre aquella que se ha entregado en el pasado, ampliando lo que Dios ya ha dado a conocer.

    Por lo tanto, no encontramos una enseñanza manifiesta de la naturaleza trina de Dios en la primera página de la Escritura. Hay indicios de ella muy al comienzo del Antiguo Testamento, pero no contamos con una información cabal acerca del carácter trinitario de Dios en el Antiguo Testamento.

    Tal información llega más adelante, en el Nuevo Testamento, de manera que tenemos que rastrear el desarrollo de esta doctrina a lo largo de toda la historia de la redención para ver lo que la Biblia dice realmente acerca de estos asuntos.
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    Reflexión:
    Parte de vivir y de crecer en la vida, es precisamente en ocasiones "caer" o "errar".
    Lo importante no es caer, o cuantas veces caes, lo importante es que te LEVANTES.
    En su Palabra DIOS nos dice que ÉL nos sostiene y levanta al caído. Las circunstancias adversas no pueden destruir nuestro camino, ni detenernos y hacer el esfuerzo de subir de nuevo al cielo.
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    Esperanza es la virtud que alienta nuestra vida de creyentes en Cristo y nos brinda la energía moral para transitar el largo camino que se inicia con nuestro encuentro con el Señor.
    La esperanza es un don de Dios que él en su gracia pone en nosotros desde que creímos. Es el resultado de ejercitar la fe en el cumplimiento de las promesas del Señor.
    La Biblia es el libro de la esperanza, el mensaje del evangelio es un mensaje de esperanza, siendo el Señor Jesús resucitado la personificación de nuestra esperanza.
    Dios te bendiga, mas todavía.

    Le pedí a Dios agua; Él me dio un océano.
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    Sobre mi Ligia Margarita González de Hernandez

    Sobre mí:Soy una persona SENSIBLE, quiero AMAR... y el deseo de mi corazón es llevarle consuelo, a las personas, [que VALORO muchísimo.

    "Jesús"
    El nos amó, nos ama y nos amará. Gracias a Él es que podemos llamarnos hijos de Dios, Dios eligiéndolos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, {EF 1,5;} Jesús se ofreció como sacrificio eterno al padre, y ofreció su sangre por nuestros pecados; ya el enemigo ¡no nos puede atar! ¡Somos libre! por la sangre, del cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. !El mundo no te puede atar¡ Sólo tú te puedes atar (limitar). En Él nombre de Jesús te invito a que entregues tu vida a Jesús, para que el Espíritu Santo te toque y te envuelva en el amor del Padre. No digas; nadie me ama o que solo me siento y mucho menos digas; yo no valgo nada. Hermano mío, tú vales la sangre del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, tú vales la sangre de Cristo. Por lo tanto tú eres importante. Posiblemente te encuentras en la oficina de un doctor o en un hospital enfermo sintiéndote solo, triste, angustiado; posiblemente estás molesto por tanto esperar, tienes la angustia de no saber que tienes y eso te crea una inseguridad emocional, mas sin embargo yo te digo que tu no estás solo. ¡Hay alguien que te ama, y ese alguien, ,tiene nombre de hombre y se llama Jesús! Él sabe por lo que estás pasando y hoy te dice; hijo mío cuando, más sólo te has sentido, es cuando más cerca he estado de ti. Posiblemente te preguntarás. ¿Me amará el Señor? Para poder contestarte esa pregunta solo te invito a que mires a una imagen de Jesús crucificado, mira sus llagas y su sangre derramadas por ti y por mí, mira la corona de espinas. Mira sus rodillas en carne viva y ahora soy yo el que te pregunta ¿crees que Jesús te ama?¡Pues claro que te AMA!





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